miércoles, 21 de diciembre de 2011

EEUU y el genocidio en Irak



¿Qué saldo deja la invasión de Irak para la historia?

Wilkie Delgado Correa
Doctor em Ciências Médicas. Profesor de Mérito
Adital
Una vez más se confirmará que los invasores no han tenido ni tendrán futuro, corresponda el juicio al hoy o al mañana de la historia
El presidente Obama ha anunciado que antes del 31 de diciembre se retirará el último contingente militar estadounidense de Irak, aunque la presencia de unos 16 0000 norteamericanos en funciones diplomáticas, de seguridad y en otras muchas otras, reflejan las influencias que todavía pesarán sobre la plena soberanía de esa nación.
Según Obama la historia juzgará el origen de por qué las tropas invasoras fueron a Irak, pero según su juicio saldrán con "la cabeza alta”.
¿Habrá que esperar que desaparezcan las presentes generaciones para arribar a las conclusiones definitivas, gracias a los estudios enjundiosos de historiadores, politólogos y filósofos, sobre un acto de guerra tan condenable como la desatada por Hitler en la época de la Segunda Guerra Mundial?
¿Acaso no ha quedado demostrado que las razones para invadir a Irak, se basaron en la mentira inventada por W. Bush y sus compinches de que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas nucleares y mantenía una alianza con Al-Qaeda? ¿No produce dolor e indignación que hijos del pueblo noble de los Estados Unidos, en vez de participar en causas con fines más nobles, sean utilizados como conquistadores, arrastrados por ideas sustentadas en las mentiras de gobernantes como W. Bush y Cheney? ¿Por qué W. Bush y compañía sólo deban esperar el juicio de la historia, cuando el juicio, según el derecho internacional, corresponde a un tribunal internacional como el de Nüremberg?
Si ya tenemos la certeza que, después de más de ocho años trascurridos desde marzo el 2003, al fin, se producirá el retiro de las últimas fuerzas militares de combate, cuya cifra total fue de un millón y quinientos mil soldados, lo más importante es definir si saldrán victoriosas o derrotadas, si podrán salir con la cabeza alta o, por el contrario, saldrán con la moral por el suelo. Porque la victoria y la derrota tienen matices diferentes cuando se somete los acontecimientos a un análisis integral en que se desnuden todos los porqués habidos y por haber. Creo, por lo tanto, que lo más importante a definir es cómo han salido y saldrán las tropas invasoras de los Estados Unidos y sus aliados desde que comenzaron la retirada.
Hace algunos años afirmé que la retirada pudría ocurrir dentro de uno, diez o cien años, y el resultado de cómo saldrían las tropas de Irak: derrotados. Pues el tiempo de la conquista no significará nunca la magnitud de una victoria legítima. Bastará que el sentimiento de antipatía y odio de los dominados sea generalizado, que exista conciencia sobre que los ocupantes han ocasionado el exterminio y daños horribles a la población nativa, para que la derrota sea evidente y real. Si bien se puede afirmar con absoluta certeza que saldrán derrotados, vale la pena profundizar sobre todo lo que lleva implícito ese cómo llamado derrota.
A pesar de su inmenso poderío y de haber provocado pérdidas cuantiosas y desproporcionadas en vidas y recursos materiales de Irak, sólo las tropas norteamericanas, militares y civiles, saldrán con pérdida significativa en vidas, unos 4 5000 muertos, junto con la caída de 318 soldados aliados. El luto llegará también, lamentablemente, al pueblo norteamericano multiplicado en muchos más miles de padres, hijos, esposos y esposas, hermanos, parientes, amigos y vecinos de los caídos. También llegará el luto, en menor cuantía, a los pueblos cuyos gobernantes decidieron acompañar a Bush en su nefasta aventura invasora.
Saldrán las tropas invasoras anatematizadas por el genocidio practicado, que hoy se calcula en más de 600 mil iraquíes muertos o en rangos de cientos de miles, pues los estimados son imprecisos. Muchos invasores, vaya usted a saber cuántos, saldrán calificados como criminales de guerra de lesa humanidad, aunque nunca el Tribunal Penal Internacional solicite la extradición para juzgarlos ni se ocupe de este particular.
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Saldrán como ejecutores de actos condenados por los pactos internacionales de derechos humanos y del derecho humanitario. Asesinato, violaciones, torturas, irrespeto y afrenta a las creencias, valores y dignidad de las personas y de las nacionalidades, persecuciones, cacerías, secuestros, desapariciones, exterminios, terrorismo, destrucción de hogares y ciudades.
Saldrán como entronizadores del terror, la ilegalidad y tropelías infinitas, incluyendo secuestros internacionales, cárceles secretas y cárceles de nuevo tipo o territorios amurallados, desconocimiento de los derechos de los detenidos y de las normas de tratamiento justo y civilizado.
Saldrán como soldados que con sus botas violaron principios sagrados de los pueblos como son la independencia, la soberanía, la autodeterminación y la paz, cumpliendo los dictados de la potencia imperial que desató una guerra ilegal e injustificable a pesar de la protesta del mundo y del propio pueblo norteamericano.
Un regimiento de infantería estadounidense asegura un área en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, en imagen del 18 de junio de 2006. El 6 de agosto de este año los insurgentes derribaron un helicóptero Chinook, como el de la imagen, con saldo de 30 soldados muertos
Saldrá heridos físicamente: sin piernas, sin brazos, tuertos y ciegos, en fin, con mutilaciones físicas diversas, pues se estima en 30 000 el número de heridos.
Saldrán traumatizados sicológicamente: ya sea con mentalidad de asesinos y torturadores, con sentimientos de odio, de miedo, de terror, de desconfianza, de culpa, de suicidio. En fin, saldrán con penas del alma que durante sus existencias quizás nunca sanarán. Padecerán de recuerdos y de pesadillas horribles.
Saldrán con pérdida o modificación de valores humanos esenciales que quizás los lleve o ya los han llevado a la autodestrucción (suicidio) y a la destrucción de sus familias o de otros ciudadanos (homicidios individuales o colectivos). El número de asesinatos cometidos por algunos de estos soldados y el de suicidios, elevado con respecto a la norma, procedentes de estas tropas, son pruebas irrefutables. Un artículo del diario The New York Times de agosto de 2010 reportaba que al menos 20% de los veteranos de guerra de Irak y Afganistán (alrededor de 300 mil) mostraban síntomas de padecer el síndrome de estrés postraumático, caracterizado por depresión, violencia, suicidios y desadaptación social.
Saldrán con un sentimiento de haber sido engañados, de haber defendido intereses espurios de una clase política y de un gobierno mediocre y estúpido, pero criminal, de la inutilidad y de lo indefendible de la guerra librada.
Saldrán defraudados y con las vendas de la patriotería caídas, con el heroísmo y el patriotismo herido, por la traición de sus propios gobernantes. Los arrepentidos serán humanamente bien aventurados. Los fieles creyentes de las conquistas imperiales, seguirán siendo una amenaza para el pueblo norteamericano y la humanidad. El hecho de que el desempleo entre los excombatientes sea actualmente de 11,1 % refleja que no siempre les ha tocado el paraíso prometido a cambio del enrolamiento.
Saldrán acompañados de todas las mentiras propaladas por el gobierno norteamericano sobre las causas determinantes de la guerra, sobre fantasiosos rescate de soldados y heroínas, sobre supuesta muerte heroica en combate, sobre los shows propagandísticos, sobre los miles lados claros y oscuros de la guerra y sus consecuencias.
Saldrán con un récord absurdo de afectación económica para su país, que será culpa del gobierno de los Estados Unidos. Los costos económicos ascenderán a aproximadamente el billón de dólares, a fin de mantener los gastos diversos de la guerra y todos los otros implícitos y, por supuesto, los derivados de la corrupción galopante de todo tipo en que han participado funcionarios y empresas ligadas a los servicios e intereses gubernamentales.
¿Cuánto costará esta aventura destructora a la economía iraquí? ¿Cuánto le seguirá costando en el futuro, pues ha llegado la hora de empezar a cobrar por parte de EE.UU?
Saldrán como víctimas o victimarios del llamado "fuego amigo”, incluyendo a soldados y hasta periodistas.
Saldrán con decenas o cientos de desertores que tuvieron razones legítimas para no ser partícipes de un crimen, y que más que condena merecen honra.
Saldrán con un sentimiento contrario y de condena de hombres y mujeres de todos los pueblos del mundo, que en nombre de la paz y los principios que rigen en las Naciones Unidas, se han opuesto desde el principio o en etapas posteriores a esta guerra absurda que aplicó el terrorismo más ignominioso y brutal en nombre de un supuesto y engañoso combate contra el terrorismo "made in USA”.
Saldrán repudiados, condenados, odiados, denunciados, castigados por sus actos y los sufrimientos ocasionados al pueblo iraquí, en forma directa o indirecta. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados calculó en 2010 que un total de 4.5 millones de personas fueron desplazadas por la guerra. De ellos, 1.7 millones se encuentran en otros países. Un informe de la ONU indica que hasta septiembre de 2011 casi 50% de los iraquíes vivían en pobreza contra 17% en 2000. ¿Constituye esto una liberación por la cual deba festejarse y celebrarse a bombos y platillos?
Pero, en fin, sólo ellos individualmente, los soldados y oficiales, sabrán en lo más íntimo de su ser cómo saldrán realmente, según sus vivencias y valoraciones, aunque jamás lo confiesen.
En resumen, los invasores de Irak saldrán desmoralizados y derrotados desde cualquier punto de vista en que estos hechos sean analizados. Una vez más se confirmará que los invasores no han tenido ni tendrán futuro, corresponda el juicio al hoy o al mañana de la historia.


Retirada

El último soldado yankee muerto en Irak quería ir a casa en Navidad

A sus 23 años, el soldado David Hickman, no volverá a casa, a pesar de haber concluído la guerra que los norteamericanos llevaron adelante en Irak.

Martes 20 de diciembre de 2011 | 1:20
Es el último soldado estadounidense muerto en dicha guerra: el número 4.474. Oriundo de Carolina del Norte, murió en la explosión de un artefacto de fabricación casera, en Bagdad.
The Washington Post informa que Hickman había llamado el día antes de su muerte a casa, para anunciar a su familia que estaba feliz de que la guerra terminara y de volver a casa para Navidad.
Estados Unidos, lleva para su historia, además de a Hickman y los 4.474 muertos, unos 10.000 inválidos de distinta índole, producto de 11 años de conflagración.

Del otro lado

Los iraquíes por su parte hablan de casi un millón de muertos en su gran mayoría civiles, a los que se suman casi medio millón de viudasdos millones de huérfanos y al menos 100.000 baldados, todos sin posibilidades económicas ni siquiera para paliar el hambre.
El presidente estadounidense lamentó en su último discurso la gran cantidad de iraquíes desplazados de sus hogares por la guerra, pero en ningún momento mencionó a los que llevaron la peor parte.

Militares de EEUU tiraban cuerpos de soldados en vertedero

10 Noviembre 2011 Cubadebate
cementerio-soldados
Por Luis R. Miranda
La morgue de la Fuerza Aérea en Dover se ha despojado por muchos años de partes de cuerpos humanos pertenecientes a soldados americanos. Según datos proporcionados por el Washington Post, la morgue quemó y lanzó los restos de los cuerpos en un vertedero de Virginia, una práctica que los funcionarios ya han abandonado en favor del entierro en el mar.
El depósito de cadáveres de Dover, Delaware, el principal punto de entrada de muertos en la guerra de la nación que es ahora objetivo de una investigación federal por el mal manejo de los restos de soldados se se despojó de los cuerpos y partes de cuerpos desde 2003 y hasta 2008, según funcionarios de la Fuerza Aérea. La forma de eliminación no se dio a conocer a los familiares de estos soldados.
Oficiales de la Fuerza Aérea reconocieron la práctica del miércoles en respuesta a las preguntas de The Washington Post. Los militares dijeron que la practica de despojarse de los cuerpos se limitó a fragmentos o partes del cuerpo que no pudieron ser identificados en un primer momento o fueron recuperados más tarde del campo de batalla, y que miembros de la familia había dicho que podrían ser eliminados por los militares, sin embargo la investigación sobre los procedimientos apenas esta comenzando.
El teniente general Darrell G. Jones, subjefe de la Fuerza Aérea, dijo que las partes del cuerpo fueron incineradas y luego llevadas a un relleno sanitario por un contratista militar. Él comparó el procedimiento con la eliminación de desechos médicos.
Jones tampoco pudo estimar cuántas partes del cuerpo se despojaron de esta manera. “Esa fue la práctica común en ese momento, y desde entonces nuestras prácticas han mejorado”, dijo.
Gari-Lynn Smith, cuyo marido fue despojado en el relleno sanitario después de su muerte 2006 en Irak, dijo que estaba “horrorizada y disgustada” por la forma en que la Fuerza Aérea había actuado. Ella se enteró de la eliminación del cuerpo de su esposo en el vertedero a principios de esta primavera en una carta de un alto funcionario de la morgue de Dover.
“La única paz que tenía después de la muerte de mi marido fue que sería llevado a Dover y que sería tratado con dignidad, amor, respeto y honor”, dijo Smith. “Pero esto se acabó cuando me dijeron que su cuerpo había sido arrojado a la basura.”

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