miércoles, 7 de septiembre de 2011

Uruguay: 1971-2011. La fuga de la cárcel de Punta Carretas. 40 años de historia‏


Estos fueron los 111 fugados


Los guerrilleros:

Luis Machado Morales, Rúben Bentancour, Jesús María Argiñarena, Nicolás Estévez, Antonio Bandera Lima, Carlos Echedo Acosta, Manuel Menéndez, Laureano Riera, Idilio de León, Héctor Romero, Mario Roger Julien, Walter Tresy, Arapey Cabrera, José Nieto, Ángel Yoldi, Óscar Puig Insaurralde, Eduardo Cavia, Augusto Maffei, Mario Rossi, Enrique Osano, José Zapata, Alberto Cía del Campo, Ataliva Castillo, Alejandro Buscarons, José López Mecado, Pedro Eismendi, Rúben García, Herman González, Ricardo Melo, Eduardo León Dutra, Daymán Cabrera, Alberto Caissioli, Óscar Delgado, Miguel Coitiño, Carlos Martell, Gabino Falero Montes de Oca, Eraclio Rodríguez, Vladimir Swed, Álvaro Leal, Arturo Dubra, Marcos Suárez, Juan José Domínguez, Carlos Varela, Raúl Sendic, Yamandú Rodríguez, Edgard Tiscornia, Julio Marenales, Horacio Ramos, Conrado Fernández, Aníbal Rondeau, José Vita, Leonel Martínez Platero, José Solsona, José Lopardo, Julio Listre, Héctor Clavijo, Juan Ciola, José Iglesias, Sergio Da Rosa, Aníbal de Lucía, Néstor Peralta, José Pérez Lutz, Luis Dubra, Julio Faravelli, Alberto Cocco, Alberto Aiello, Carlos Rodríguez, Augusto Sanz, Nelson Larraud, José Luis Nell, Juan Picardo, Emilio Martínez, Cesar Long, Carlos Furtado, Juan Carlos Medina, Tabaré Rivero Cedrés, Luis Pioli, Walter González, Juan Carlos Rodríguez, Alfredo Rivero, David Cámpora, Jorge Manera Lluveras, Servando Gatti, Juan Noeched, Alberto Candán Grajales, Elbio Cardozo, Efraín Martínez Platero, Luis Barrios Machado, José Mujica, Roque Lezcano, Gonzalo Romero, Jorge Leiva, Jesús Melián, Servando Staino, Daniel Ginovart, Ismael Bassini, Augusto Gregori, Eduardo Ariosa, Adolfo Wassen, Héctor Amodio Pérez, Eleuterio Fernández Huidobro, Carlos Rodríguez, Jorge Zabalza, Eduardo Juambelts, Asdrúbal Pereira, Armando Blanco.

Presos comunes:

Óscar Bernatti, Roberto Henay, Carlos la Paz, Arión Zalazar, Carlos Palomeque.

IMPACTO MUNDIAL QUE LLEGO A LA GUIA GUINNESS DE LOS RÉCORDS

Hoy se cumplen 40 años de la fuga masiva de Tupamaros de la cárcel de Punta Carretas

Hoy se cumplen 40 años de la mayor fuga de presos políticos de una cárcel de máxima seguridad ocurrida hasta ese momento en el mundo, como lo señala la Guía Guinness. De Punta Carretas se escaparon 111 encarcelados, a través de un túnel. La operación paso a denominarse "El Abuso".

LUIS CASAL BECK
La forma en que se produjo la fuga generó sorpresa y admiración en Uruguay y el mundo.En las horas decisivas en que se producía la fuga, los tupamaros organizaron una asonada en el Cerro y la Teja (operación Tero), con el propósito de distraer la atención de la fuerza pública. Los militares todavía no habían terminado de procesar la fuga de las 38 guerrilleras ocurrida el 30 de julio de la Cárcel de Mujeres, (operación Estrella), cuando se enteraban del megaescape.
La forma en que se produjo la fuga generó sorpresa y admiración en Uruguay y el mundo.En las horas decisivas en que se producía la fuga, los tupamaros organizaron una asonada en el Cerro y la Teja (operación Tero), con el propósito de distraer la atención de la fuerza pública. Los militares todavía no habían terminado de procesar la fuga de las 38 guerrilleras ocurrida el 30 de julio de la Cárcel de Mujeres, (operación Estrella), cuando se enteraban del megaescape.
Ciento once evadidos, entre ellos la cúpula del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Ciento once evadidos, entre ellos la cúpula del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Un plan minucioso, preparado dentro y fuera del penal.
Un plan minucioso, preparado dentro y fuera del penal.
La fuga desencadenó la furia de los militares.
La fuga desencadenó la furia de los militares.
En la madrugada del lunes 6 de setiembre de 1971, un centenar de guerrilleros presos en la penitenciaría de Punta Carretas, que era por entonces la cárcel de máxima seguridad del país, lograron fugarse a través de un túnel de unos 45 metros, pacientemente construido, que unía a la celda 73 de la enorme edificación -que poseía 400 celdas- con una residencia situada frente al establecimiento, en Solano García 2535, previamente copada por los tupamaros, en una operación planificada hasta en sus mínimos detalles. La llamada fuga del siglo quedo registrada en la Guía Guinness de los récords mundiales. Sus consecuencias políticas fueron enormes.
En esta penitenciaría estaban presos los más importantes dirigentes del Movimiento de Liberación Nacional, Tupamaros, (MLN-T), surgido en la mitad de la década de 1960, como Raúl Sendic, e integrantes de otros grupos guerrilleros menores. Algunos de ellos hacía años que purgaban sus penas en Punta Carretas. La centralidad de la acción represiva estatal estaba a cargo de la Policía, y era importante el papel cumplido por un departamento (Inteligencia y Enlace) de la Dirección de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Montevideo, a cargo de un comisario y juez de fútbol llamado Alejandro Otero.
En las primeras horas del 6 de setiembre se concretó la "operación abuso", y lograron recuperar su libertad un centenar de tupamaros, entre los que se encontraban el actual presidente José Mujica, y su ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro; tres militantes del FARO, tres de la OPR 33, y cinco presos comunes, que colaboraron en aquella excavación, iniciada el 11 de agosto. Los guerrilleros ocupaban 95 de las celdas de aquel complejo carcelario, situado en las manzanas que hoy ocupa Punta Carretas Shopping Center.
En las horas decisivas en que se producía la fuga, los tupamaros organizaron una asonada en el Cerro y la Teja ("operación tero"), con el propósito de distraer la atención de la fuerza pública, en aquel agitado 1971 en que los uruguayos se aprestaban a elegir un nuevo gobierno en solo tres meses. Varios ómnibus y vehículos fueron incendiados en esos barrios de Montevideo, y decenas de patrulleros policiales quedaron con sus neumáticos inutilizados al tomar contacto con las grampas miguelito. Para la Policía, el fantasma de los Tupamaros -que mantenían secuestrado desde hacía ocho meses al embajador inglés Geoffrey Jackson- se reducía, en aquella mañana con lloviznas, a esos hechos de violencia.
Cuando el gobierno del colorado Jorge Pacheco Areco tomo conocimiento de lo que había ocurrido realmente, cundió el sobresalto y la desazón. Todavía no habían terminado de procesar la fuga de las 38 guerrilleras ocurrida el 30 de julio de la Cárcel de Mujeres, ("operación estrella"), cuando se enteraban del megaescape que comprendía a los mas importantes cuadros político-militares del MLN, entre los que figuraban sus figuras históricas, detenidas en 1970, cuando los masivos allanamientos producidos al ser secuestrado el norteamericano Dan A Mitrione, ligado a los organismos de inteligencia de los Estados Unidos.
Los ministros del Interior, Danilo Sena, y de Defensa Nacional, Federico García Capurro, pusieron sus renuncias a disposición de Pacheco, que no las aceptó. Fueron removidas, sí, las autoridades del penal, y el argumento central esgrimido por las autoridades fue que aquello había sido posible por la existencia de una corrupción generalizada entre la Policía y los funcionarios encargados de custodiar a los presos.
Tres días mas tarde, el gobierno aprobó el decreto 566/971, que asignó a las Fuerzas Armadas (FFAA) la conducción de todas las operaciones contra la guerrilla. Fueron creados nuevos organismos (como el Estado Mayor Conjunto,Esmaco), cuyo primer titular fue el flamante general Gregorio C. Álvarez, y a partir de ese momento otro pasó a ser el papel de los militares, que elaboraron planes, conocidos muchos años después, en los que fijaban como primer objetivo asegurar la realización de las elecciones en noviembre. Es en cumplimiento de los restantes que arrasaron con el estado de derecho y condujeron al país a una dictadura de casi doce años (1973-1985).
Pacheco, que gobernó con medidas de seguridad durante casi todo su período, buscaba su reelección (que no consiguió, lo que explica el ascenso de Juan María Bordaberry, su ministro de Ganadería y Agricultura), resolvió ese mismo día un aumento de los salarios del 27,2 %, cuando la inflación acumulada entre enero y agosto había sido del 13,6 %, procurando atraer el apoyo de la clase trabajadora a escasas semanas de los comicios.
El MLN dispuso liberar al embajador Jackson, y en el proceso de reorganización de la guerrilla los principales líderes de la misma no volvieron a la conducción de este movimiento, sino que a modo de transición, asumieron otros papeles para acostumbrarse a la nueva realidad configurada.
Aquella "operación abuso" generó un fuerte impacto a nivel local e internacional. No había precedentes de una fuga masiva de guerrilleros de esta dimensión. Uruguay fue portada de los principales diarios del mundo, en un día como hoy, pero de hace cuarenta años.
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1971 - 2011)  -  40 años de historia

LA FUGA DE LA CÁRCEL DE PUNTA CARRETAS



Hoy se cumplen 40 años de la mayor fuga de presos políticos de una cárcel de máxima seguridad ocurrida hasta ese momento en el mundo, como lo señala la Guía Guinness. De Punta Carretas se escaparon 111 encarcelados, a través de un túnel. La operación pasó a denominarse "El Abuso"

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LA REPÚBLICA HABLO CON LA DUEÑA DE LA CASA DONDE LLEGABA EL TUNEL

Auliso: A eso de las 5.30 avisamos a la Policía que los tupamaros habían fugado

"Soy la única testigo sobreviviente de estos hechos que habla", señaló a LA REPÚBLICA Serrana Auliso, que hoy tiene 82 años y sigue viviendo en la residencia de Solano García 2535, frente al actual Montevideo Shopping Center.

LUIS CASAL BECK
Serrana Auliso recuerda los hechos de aquella noche. "Los tupamaros actuaron con mucha corrección", afirma.
Serrana Auliso recuerda los hechos de aquella noche. "Los tupamaros actuaron con mucha corrección", afirma.
La salida del túnel obligó a cambiar las baldosas. Por allí se fugaron 111 reclusos.
La salida del túnel obligó a cambiar las baldosas. Por allí se fugaron 111 reclusos.
El 5 de setiembre de 1971, a la hora 19, los Tupamaros coparon esta casa y otras linderas, donde se encontraban Auliso, -que trabajaba como secretaria en una empresa de comercio exterior-, y su madre, Elena Bralich (74), que era jubilada. En el living hay nueve baldosas que son claramente distintas a las restantes. Es por allí que escaparon los 111 presos fugados de la entonces penitenciaría de Punta Carretas, a través de un túnel de 45 metros.
Auliso explicó que "los tupamaros actuaron con mucha corrección. Nos condujeron a un apartamento ubicado en la parte de atrás de la casa, que alquilábamos, donde vivían Billy Rial, y su madre, Dolores Castillo que era profesora de filosofía en (Enseñanza) Secundaria, y era periodista".
¿Cómo es que se produjeron los hechos?
Nosotras estábamos en la casa, cuando apareció Billy con unos muchachos, que se ve, habían entrado antes por su apartamento, entre los cuales estaba Henry Engler, según nos enteramos muchísimos años después. Nos dijeron que eran tupamaros, y que tenían que hacer un trabajo; y bueno, es ahí que nos llevaron para atrás, con mi madre, con Billy, y nos quedamos ahí, sin saber que estaba pasando o que podía ocurrir. Todo esto se dio en forma muy correcta; no hubo ninguna escena de violencia, ni nada por el estilo.
Jamás podíamos sospechar que pasaría algo así. Se da cuenta!!! En la habitación en la que nos ubicaron en el apartamento de Billy, había un muchacho vigilándonos, que tenía una radio policial, y escuchaba lo que pasaba en La Teja, donde la Policía estuvo muy activa aquella noche, que era horrible, con una llovizna que no cesaba.
¿Cuánto duro todo?
Y, déjeme pensar, fue entre el domingo 5, a eso de las 7 de la tarde, y el final, cuando se fueron, el lunes 6, a las 5. Nos dijeron que no podíamos salir antes de la media hora. Que tenían personas vigilando y con armas largas. Si, y también, que llamáramos a la Policía y avisáramos de la fuga, cosa que hicimos a eso de las 5.30.
¿Llamaron a la Seccional décima?
No, lo hicimos a un número general que había entonces. No me acuerdo. Algo así como el 911 de hoy; no recuerdo bien, cual era la característica de hace 40 años. Yo llamé, y le dije al funcionario que me atendió: se escaparon los tupamaros de Punta Carretas. Estuvimos secuestrados 10 horas.
¿Y qué les dijeron? No pensaron que se trataba de una broma?
Nos pidieron el teléfono, se ve que no había captores entonces, nos volvieron a llamar. Nos dijeron que nos tranquilizáramos, y que estaban saliendo para aquí.
¿En esas 10 horas, en ningún momento sintieron ruidos o se percataron de la circulación de gran cantidad de personas por la casa?
En el apartamento de atrás no; a eso de las 12, en la medianoche, me fueron a buscar, y al llegar al living, no podía creer aquello: los muebles habían sido removidos, había una cantidad enorme de personas, tierra acumulada por todos lados; yo no entendía nada en ese momento.
¿Y qué pasó?
Se ve que había una vecina que estaba paseando a su perro, y estaba mirando mucho para la casa. Pienso, no se. Después, me dieron como una clave, sonó el teléfono, me dieron el tubo, me dijeron que la repitiera, después me lo sacaron, y no supe nada más. Otra vez fui llevada al fondo.
¿Usted estuvo siempre solo con su madre?
Si, y con Billy, y después, con la madre y la novia de Billy, que llegaron más tarde. Teníamos bastante nerviosismo, porque no sabíamos que estaba pasando.
¿Antes de este operativo, no vieron nada distinto: personas en actitud extraña por la zona, algo que saliera de la rutina?
No, realmente. Mi madre después se acordó que unos días antes, vinieron unas muchachas a hacer una encuesta o algo así, por algo relacionado al medio ambiente; querían saber como era la ventilación en la casa. Yo no estaba. Las atendió mi madre.
¿Piensa que eran tupamaros que estaban reconociendo el terreno?
No sabemos; es una especulación que hicimos en aquel momento, después de lo que pasó.
Entonces, el túnel construido en la penitenciaría, tenía salida directa al living de su casa.
Esta ahí. Usted lo puede ver. Le pusimos unas baldosas que son algo más oscuras, y la alfombra lo cubre todo. Básicamente todo se conserva igual. Cuando vino el Ejército, tapó parte del túnel. Pero si usted se fija en la calle, hay una zona más oscura, casi frente a casa. Cuando estaban construyendo el Shopping, dos veces, como que se desmoronó el pavimento, y tuvieron que recubrir todo.
¿En qué parte estaban los vehículos que sacarían a los fugados del lugar?
En una casa de atrás, que estaba deshabitada en ese momento, y da a la otra calle, a Joaquín Nuñez 2952. Salieron por aquí y siguieron hasta la otra casa; tuvieron que romper la pared lindera.
¿Qué paso cuando vino la Policía?
Entraron, vieron todo, nos trataron muy bien. No tengo nada para decir. El que después tuvo problemas fue Billy, un muchacho muy bueno, que fue muy importante entre los mormones y que terminó preso. Lo tuvieron seis años.
Pero pertenecía al MLN?
No lo sabemos realmente. Siempre lo quisimos mucho. Era una gran persona; muy religioso. Murió hace un tiempo. Sí, al día de hoy, soy la sobreviviente que habla, por lo menos.
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TESTIMONIO PUBLICADO AL DIA SIGUIENTE POR EL DIARIO "EL DÍA"

"Salir por el boquete les insumió quince minutos"

Francisco Guillermo Rial Castillo, el joven que junto a su madre, su novia y cuatro vecinas estuvo por espacio de nueve horas secuestrado, mientras se concretaba la espectacular evasión.
Francisco Guillermo Rial Castillo, el joven que junto a su madre, su novia y cuatro vecinas estuvo por espacio de nueve horas secuestrado, mientras se concretaba la espectacular evasión.
Francisco Guillermo Rial Castillo, 30 años, conocido por "Billy" entre sus familiares y amigos, es un inquieto estudiante de Bellas Artes, grabador. Tiempo atrás viajó y trabajó en Estados Unidos (donde están radicados su hermana menor y su cuñado) y volvió a nuestro país hace unos dos años. Se reintegró a sus estudios de artes y realiza trabajos en una empresa maderera, propiedad de su padre y sus tíos. Vive con su madre, Dolores Castillo, periodista y profesora de Filosofía, en la finca de Solano García 2535, apto. 1.
Este joven fue el involuntario y principal protagonista -por lo menos en un aspecto- en la espectacular circunstancia que rodeó la fuga. Serenamente -aunque mostrando huellas de la emoción sufrida y sobre todo de preocupación por la salud de su madre, que a raíz de la tensión nerviosa sufrió una alteración cardíaca, por fortuna pasajera- nos cuenta:
-Eran más o menos las 19... Estaba solo en casa esperando a mi novia y a mi madre, que iban a llegar de un momento a otro; me entretenía leyendo y oyendo música, cuando llamaron a la puerta... Como siempre, por precaución encerré a mi perro en el cuarto, antes de abrir. Asegurado el animal (es un Doberman de gran tamaño), fui a la puerta.
Quedé enfrentado a dos hombres...
¿Cómo eran?
Jóvenes, de unos 25 años, correctamente vestidos... Uno llevaba un estetoscopio en la mano y pensé que sería un médico. No tuve tiempo de preguntar nada.
¿Por qué?
Porque, muy correctamente, en tono afable -pero con firmeza- avanzaron un paso al interior y me dijeron: "Quédese tranquilo... No corre ningún riesgo, pero venimos a copar su casa..."
¿Exhibían armas?
No en ese momento... Yo creo que respondí algo así como "¿copar qué?" y entonces me dijeron: "Sí, somos tupamaros" y fue entonces que uno, levantándose ligeramente la chaqueta o gabán que llevaba, me mostró con un gesto significativo la empuñadura de un arma... Enseguida penetraron ya definitivamente, cerraron la puerta tras ellos y agregaron: "También vamos a copar la casa de enfrente" y yo supuse que querían referirse al Penal...

Llega la muchacha

Nos sentamos en mi habitación (inmediata a la puerta de entrada) y casi enseguida volvieron a golpear. "No se moleste", dijo uno de ellos, y él mismo franqueó la puerta. Era una muchacha... Y esos tres fueron los que, hasta el final, estuvieron custodiándonos...
¿Custodiándolos?
Sí. Me exigieron que les acompañase a la casa de enfrente, con la que tenemos comunicación interior... Allí vive una señora anciana y su hija: las obligaron a pasar a nuestro apartamento... Media hora más tarde llegó mi novia, casi enseguida mi madre... Como a mí, las hicieron permanecer en la habitación...

7cautivos: larga espera

"Sin embargo -sigue Billy- todavía hubo un suceso más; otras dos vecinas llegaron de visita y también las obligaron a quedarse con nosotros... En total siete personas. Así transcurrieron largas horas, hasta la madrugada, en que la casa se llenó de gente... Eran los fugados y todos se fueron...
¿Hubo algún incidente especial en el transcurso de ese tiempo?
No; hablaban muy poco y, siempre, para tranquilizar a las mujeres, diciéndoles que nada les iba a ocurrir...
¿Le dijeron en algún momento que se iba a practicar un boquete en la casa?
No; no pudimos saber de qué se trataba hasta que empezaron a aparecer los fugados...

La irrupción; más detalles

"Más o menos a las tres se empezaron a oír ruidos que provenían de bajo tierra, a la altura de la acera... Fue cuando nuestros custodias parecieron algo nerviosos... Iban y venían al frente... De pronto, a eso de las cuatro, comenzaron a aparecer los tupamaros fugados... Iban apareciendo con ropas viejas, manchadas de tierra... Procedían rápidamente y en silencio; iban pasando al fondo, donde, como ustedes verán, practicaron un boquete en la pared y salían a los fondos de la casa vecina que tiene frente a Joaquín Núñez...

Se comunicaban por radio

¿Qué más pudo observar?
Nosotros permanecíamos en la habitación... Los veíamos pasar y dialogar en voz baja en el corredor... En determinado momento uno se quedó allí: portaba una radio a pila y se comunicaba con alguien...
¿Cuánto tardó todo eso?
Desde que aparecieron los primeros hasta el último, pocos minutos, en realidad...quince, probablemente.

Le exigen silencio

¿Quiénes fueron los últimos en partir?
Los mismos que nos habían custodiado...
¿Les hicieron alguna advertencia?
Sí: "Esperen media hora antes de salir a la calle; no den aviso antes... Hay gente vigilándolos".
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LA MIRADA DE MAURICIO ROSENCOF

"La libertad está en el que lucha por alcanzarla"

Rosencof participó de la logística externa de la histórica fuga. Considera que la fuga es una demostración de lo que los uruguayos pueden hacer con planificación.

MARCELO BUSTAMANTE


A las 5.30 horas del 6 de setiembre de 1971, ocurría uno de los hechos épicos e históricos de nuestro país, cuando 111 tupamaros, tras un tenaz y detallado trabajo de ingeniería, se escapaban del penal de Punta Carretas. Hoy se cumplen 40 años de aquella inolvidable fuga que marcó a varias generaciones de uruguayos.
Mauricio Rosencof fue uno de los tupamaros que participó activamente de la logística externa que permitió la fuga de los presos, en lo que fue la toma de la casa por la cual se escaparon del penal de Punta Carretas.
"Hay un concepto muy lindo que expresa: la libertad está en el que lucha por alcanzarla", destacó el popular "ruso", y agregó: "pero a veces a esta hay que darle una manito." Destacó que aquella fuga tuvo la particularidad de la "entereza, la energía, el coraje, de los que estuvieron bajo tierra, cavando como topos, y que un día se encontraron con un túnel que habían hecho los anarcos de la carbonería 'El buen trato', que les permitió tener aire y poder depositar la tierra." Rosencof explica que los túneles que se cruzaron fueron hechos por diferentes ideologías pero tenían un mismo objetivo: "la libertad".
Dijo que esta fuga de los 111 tupamaros no eclipsa lo que había ocurrido pocos días antes, que era la fuga de las presas, en otra operación exitosa. Destacó que entre los fugados estaba José Mujica, "que creo que hoy es Presidente de la República."
Rosencof se detuvo unos instantes a reflexionar, y retrotrayéndose 40 años, comentó que visto a la distancia "todo parece de ciencia ficción. Ese operativo fabuloso, mágico e insólito, si me pongo a pensar que se pasaron 11 años, 6 meses bajo tierra, con el 'Pepe' y el 'Ñato', con una sola ración, pudiendo orinar solo una vez al día y tomar no más que un vaso de agua diario, "y ahora uno es ministro de Defensa y el otro es Presidente de la República. Toda esta historia ahora parece de ciencia ficción.
Esto ni Ray Bradbury se imaginaba una cosa de esta naturaleza." Consideró que esta fuga formó parte de una utopía para que en el país hubiera un grado de igualdad. Dijo que si se dio de esa forma es porque "el hombre se aferra siempre a la vida, como la hiedra al muro. El ser humano, al margen de su ideología, no sabe del grado de resistencia y capacidad que tiene para mantenerse vivo. La fuga..., a partir del momento de que uno cae en cana, lo primero que piensa es en la libertad." Aclaró que una cosa es fugarse para dedicarse al consumo de la pasta base, y otra es para reintegrarse a la lucha por la igualdad social.
"Lo único de lo que nos arrepentimos de aquellos tiempos es de no haber ganado", enfatizó Rosencof.
Recordó lo complejo que fue el operativo de la fuga, al tener que sacar a 111 personas de la cárcel, que todos ellos cruzaran la calle sin que se advirtiera y que luego se fueran en tandas en distintos vehículos. "En un camión, el Lalo Gallinares, que iba al volante, perdió el contacto para depositar a los 40 compañeros. Él tenía un ranchito en Shangrilá, y decidió llevarlos para ahí antes de que se cerrara la frontera, y atravesó los límites de Montevideo con Canelones con ese cargamento gitano, y estuvieron ancladas todas esas personas amuchadas, pero luego se fueron paulatinamente", relató Rosencof.
A 40 años de aquel histórico acontecimiento, el dirigente tupamaro dijo que actualmente Uruguay vive "otra época, otra gente, pero el uruguayo mantiene la rebeldía en los genes."
"Toda esta historia ahora parece de ciencia ficción. Esto...ni Ray Bradbury se imaginaba una cosa de esta naturaleza".
ELEUTERIO FERNANDEZ HUIDOBRO
"Un grito de libertad"
El año pasado, con motivo del aniversario 39 de la fuga de Punta Carretas, Eleuterio Fernández Huidobro escribió la contratapa de LA REPÚBLICA. Estos son algunos fragmentos de su columna de opinión.
"Como es sabido, fue una operación de guerrilla urbana que tuvo suerte. La imprescindible en todo orden de la vida".

"La izquierda uruguaya es la del más antiguo proceso de acumulación ininterrumpida de América. Es por eso, que todavía hoy, y hasta en el gobierno, muestra algunos de los pocos dirigentes guerrilleros de la década de los sesenta y de todo el continente, vivos de milagro y todavía actuantes, con sus errores y achaques a cuestas ('medio bichocos' dijera el ex guerrillero y actual presidente Mujica) pero, como siempre, en las trincheras del campo popular. Algo raro en el mundo".

"Desde siempre pedimos, y hasta imploramos, que las víctimas y protagonistas de aquel tan duro temporal represivo, tramo trágico de nuestra historia, escribieran, grabaran o filmaran su testimonio antes de que la edad que venimos soportando lo impida".

"Y si la fuga de Punta Carretas fue hace 39 años y el 'Obeliscazo' hace 28, es clarísimo que gran parte de nuestra población, de acuerdo a la fecha de su nacimiento, carece de una inmensa cantidad de información imprescindible".

"Poco importa (aunque importa) la tendencia política o el 'cristal' con el que se mira cada versión de los hechos si ni tan siquiera existe versión de los hechos".

"Aquella fuga fue un grito de libertad esencialmente colectivo. Jamás vimos actuar con tanto espíritu de cuerpo, disciplina autoimpuesta y labor en equipo, a tantos compañeros, como en aquel desafío. Dicho con todo respeto: no parecíamos uruguayos".

"Intuyo, porque no me lo han contado, que el proceso de salida y expulsión de la dictadura fue, a nivel colectivo nacional e internacional, una 'obra' por el estilo pero de inmenso e incomparable volumen social y político".

Lo que, entonces, muestra y demuestra las cosas que podemos hacer tanto en Uruguay como en la región, cuando nos las proponemos en serio. La libertad acostumbra realizar milagros que no son más que la fuerza imponente que su demanda despierta. 'Inexplicables' a primera vista e 'imposibles' en los cerebros del desaliento perpetuo".
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Martes, 06 de septiembre, 2011 - AÑO 12 - Nro.56775
A A A

EL RÉCORD PERSONAL DEL PRESIDENTE

Mujica se escapó dos veces de la cárcel de Punta Carretas

En su etapa como guerrillero el presidente José Mujica se escapó en dos ocasiones de la penitenciaría de Punta Carretas. En los dos casos, junto a varios de sus compañeros, lo hizo a través de túneles. Todo un récord que no está registrado en el Guinness.
En marzo de 1970 Mujica tuvo un enfrentamiento a tiros con fuerzas de seguridad en un bar (La Vía) de la entonces Avenida Larrañaga y Monte Caseros. Herido de varios balazos, fue trasladado de urgencia al hospital militar, donde lo operaron y le extirparon el bazo. Permaneció varias semanas en estado muy delicado. Aún encontrándose en una situación muy frágil, lo trasladaron a Punta Carretas, la cárcel de mayor seguridad del país por entonces, donde fue mejorando en forma gradual.
El 6 de setiembre de 1971 se escapó con un centenar de sus compañeros de Punta Carretas. Entre los fugados hubo cinco presos comunes que colaboraron en todo el proceso de preparación de aquel gran escape.
Uno de ellos los delató. El 19 de octubre Mujica fue nuevamente detenido y conducido a Punta Carretas, desde donde siguió las instancias electorales que vivían los uruguayos. El MLN, a través de un movimiento creado en el Frente Amplio (26 de Marzo), intervino en esa etapa. Sus simpatizantes votaron mayoritariamente las listas del ex ministro y diputado herrerista Enrique Erro, que accedió a una banca de senador.
El 12 de abril de 1972, dos días antes de los atentados del MLN contra uniformados y civiles acusados de pertenecer a un escuadrón de la muerte, según las declaraciones del fotógrafo policial Nelson Bardesio, Mujica volvió a escaparse. La fuga se conoció como la operación "Gallo", y a diferencia de la anterior, el túnel fue construido desde el exterior del penal, desde la red cloacal. En total, intervinieron en esta operación 15 tupamaros y varios presos comunes.
Un mes después Mujica estaba clandestino en un local situado en Villa Dolores y al verse acorralado en un operativo militar se ocultó en el sistema cloacal durante dos días y nuevamente escapó del asedio de los uniformados. (LCB)
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"Nada fue dejado al azar"

* El ex diputado Juan José Domínguez fue uno de los 111 que en la madrugada del 5 de setiembre de 1971 se fugó del entonces Penal de Punta Carretas.
Domínguez recuerda que el operativo estuvo signado por una serie de contratiempos. "La intención era salir a las 10 de la noche pero terminamos fugándonos a las cinco de la mañana".
El túnel resultó siendo una obra de ingeniería por el cual lograron salir por tandas 11 militantes de izquierda y 6 presos de los llamados "comunes" por las autoridades carcelarias de aquellos años.
Domínguez fue uno de los ayudó a excavar y, según relató, nada fue dejado al azar.
El sistema de ventilación era uno de los aspectos más difíciles de solucionar aunque "si los milagros existen, puedo decir que experimentamos un milagro".
Hasta la mitad del túnel, Julio Marenales había creado un sistema de fuelle por el cual se bombeaba aire al ducto. El fuelle fue confeccionado con cuero "pero en determinado momento nos quedamos sin material y se complementó con papel". El fuelle alimentaba aire "pero solo hasta la mitad del túnel", recuerda Domínguez "al punto que había compañeros que salían desmejorados, casi desmayados por la falta de oxígeno".
Y el "milagro" sucedió. "Cuando ya no había mucho que hacer con el tema del aire, excavando me encontré en determinado momento con una tapa de dolmenit que al abrirla resultó ser la desembocadura de un desagüe de un tubo de 10 centímetros de diámetro que nos proporcionó el oxígeno que necesitábamos. Fue una bocanada impresionante, milagrosa", recuerda Domínguez. El túnel por el cual se escaparon en aquella madrugada del 5 de setiembre de 1971 tenía un alto de 90 centímetros y un ancho de 60 centímetros. "A algunos que estaban algo gordos se les complicó".
Durante el trayecto, los excavadores se encontraron también con el viejo túnel que a principios del siglo XX habían hecho un grupo de anarquistas que, como ellos, también se habían fugado de la cárcel y por el cual salieron al local comercial conocido como la carbonería "El buen trato". Ese túnel de principio de siglo pasado no fue usado por los que protagonizaron "El abuso" porque los cruzaba transversalmente. El sistema de iluminación fue resuelto con portátiles alimentadas a baterías.
Domínguez destaca que en el trayecto del túnel "algunos compañeros habían colocado carteles indicadores" y algunos otros con mensajes revolucionarios y reivindicativos, del tipo "el camino de la libertad" o "esto es un ejemplo de solidaridad".
Los primeros en salir del penal fueron los principales dirigentes del MLN. Luego siguieron otros militantes tupamaros y dirigentes de otros sectores de izquierda.
* Documental. History Channel emitió el 8 de abril de 2009 "Tupamaros: la fuga de Punta Carretas". "Es un relato sobre un episodio en el cual la política y la voluntad personal se entrelazan", promocionaba History. El documental realizado por Anima Films incluyó entrevistas con protagonistas de la época para dar cuenta del contexto histórico. Además, recorrió lugares emblemáticos donde se llevaron a cabo las acciones más sonadas. En simultáneo, se desarrolló otra línea narrativa que tuvo que ver con la vida del grupo de militantes. Esa parte contó con los testimonios de los principales líderes tupamaros.
* Récord Guinness. Fueron 111 las personas que fugaron y fue la fuga de presos políticos más grande de la historia. Por eso entró al libro Guinness de los Récords.
* María Esther Gilio publicó "La guerrilla tupamara". Lo hizo en La Habana, en 1970, por la Casa de las Américas. La notable periodista, escritora, biógrafa y abogada uruguaya de destacada actuación en diarios de Uruguay y Argentina, falleció el 27 de agosto. Colaboró también con publicaciones de Brasil, México, España, Francia, Italia, Chile y Venezuela.
* "Les Tupamaros". Es un libro publicado en francés sobre la historia y la fuga de grupo. Fue escrito por Alain Labrousse. Ejemplares de la primera edición se ofrecen en Internet a $ 500, aproximadamente. Labrousse vivió en Uruguay entre 1965 y 1970, y regresó a Francia.

* "Estado de sitio" es una película franco-italiana de 1972, dirigida por Costa Gavras e inspirada en la historia de los Tupamaros. Protagonizada por Yves Montand, Renato Salvatori y Jacques Weber en los papeles principales. Fue ganadora del Premio Louis Delluc 1972. Ganadora del premio Naciones Unidas y Nominada al premio Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa en 1974.
* Volante. En Mercado Libre se vende un volante original de época del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros a $ 990. "Hemos ganado una batalla pero no la guerra. Por la libertad de todos los presos políticos. Habrá patria para todos o no habrá patria para nadie", rezaba el volante.

* Murgas. El libro "Murgas en dictadura" da cuenta de cómo se las arreglaban entonces las murgas para decir cosas y esquivar la censura. Sus autores, Federico Graña y Nairi Aharonián, dan cuenta de cómo murgas como La Soberana hablan o cantan sobre la fuga de los tupamaros de Punta Carretas.
* "Política de poder" es un libro cuya primera edición fue lanzada en México. Escrito por Kenneth Johnson y María Mercedes Fuentes. Producido por la Universidad de Texas y digitalizado en 2007. Tiene 269 páginas.

Fuente: La Republica, martes
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6 de setiembre                                            Jorge Zabalza
                     LA GRAN FUGA Y EL DOBLE PODER 
La mañana del 30 de mayo de 1970, el Penal de Punta Carretas amaneció alborotado: sin efectuar un sólo disparo el MLN(T) se había llevado todas las armas del Centro de Instrucción de la Marina. Las puertas de las celdas fueron dejadas a media tranca, las burlas y los gritos triunfales transmitían la noticia  de celda en celda y, poco más tarde, en el patio de recreo los presos políticos hicieron gimnasia todos juntos. Con el fin de disimular la fuerza real que representaban, habitualmente la preparación física se hacía por columna, cada día dos de las seis en que estaban organizados los tupamaros, cada cual con su cronograma de ejercicios físicos, deportes, cursos técnicos y formación política.
Esa mañana del 30 de mayo, los falsos pudores se quemaron en la hoguera del triunfalismo. Encabezados por Pedro Dubra y el Canario Long, doscientos revolucionarios formados  de a cuatro en fondo, trotaron en una larga fila alrededor de la cancha de fútbol. La voz aflautada del Canario gritaba “izquier!” y doscientas suelas golpeaban al unísono el piso de balasto, resonando en los muros como un sólo golpe, seco, tremendo, que hacía temblar los cimientos del presidio. Los  viejos retirados militares que formaban la Guardia Blanca y vigilaban desde lo alto del muro,  cargaron sus carabinas maúseres por las dudas. Allá en al patio vaían un ejército de revolucionarios, un verdadero ejército acuartelado en el Penal de Punta Carretas.
Hubieron más de veinte planes de fuga en discusión. Estaba aquél que tanto gustaba a Jorge Manera Lluveras: dos de nuestros más atléticos compañeros (posiblemente Pedro y el Canario) se escondían en los baños,esperaban el momento exacto en que los dos guardias estuvieran alejados del punto de ataque, escalaban el portón del corredor 23, uno subía a hombros del otro y con dos palos de escoba atados, colgaba un gancho y una escala de cuerda de la baranda donde se apoyaban los guardias, trepaban hasta lo alto a fuerza de brazo  y los reducían con revólveres de un tiro (de fabricación casera, invento del Inge). El resto treparíamos por la escala y bajaríamos hasta la calle descolgándonos por cuerdas los ocho metros de altura. Estaba pensado saltar a un camion cargado con colchones para acelerar la bajada. Se daba por descontado que el fuego de los compañeros de afuera cubriría la “descolgada”, para que la guardia no hiciera blanco en los fugados.  
A mí me gustaba el proyecto de entrar un par de metras, reducir los guardias en la “tercera”, de mañana temprano al repartirse el café, tomar el “centro uno”, abrir los portones que daban a la calle Ellauri (no era difícil obtener sus llaves) y salir en tropel rumbo a la ciudad y la libertad.
En conversaciones con el “Diente” Rosa, cuya comisión era lavar la ropa blanca del hospital, Juancito Almiratti descubrió la posibilidad de irse por un túnel exacavado desde la cloaca hacia el sótano. Se tomaba el hospital y nos íbamos chiflando bajito. La operación la bautizamos “Gallo” y fracasó cuando se intentó llevar cabo.
La realización de una fuga  estaba en el aire, creo que hasta los guardias daban por descontado que los tupas se iban a fugar en algún momento. Era un hecho virtual, faltaba concretarlo.  La fuga de los tupamaros era la consecuencia necesaria de la situación de doble poder, cuya base política estaba en el accionar guerrillero y, en particular, el asalto al cuartel de la Marina,  pero que en Punta Carretas alcanzaba una expresión muy clara.
Cada guardia de Punta Carretas estaba sujeto a la influencia de los dos poderes, el del aparato del Estado, que pagaba su sueldo y representaba la posibilidad de la represión policial, y el del aparato guerrillero, que en el penal ejercía una influencia muy concreta, mano a mano, que el guardia no podía desconocer de ninguna manera.  Por un lado, el hombre era sensible al discurso antisubversivo del pachacato, convalidado por el consentimiento de la mayor parte del electorado y reafirmado cotidianamente por los medios de comunicación, pero por el otro, no podía desconocer la justicia de la causa que impulsó al movimiento tupamaro para tomar la armas. En la disyuntiva y la contradcción entre los dos poderes, el guardia a veces, pocas veces, cumplía con su triste oficio, y en otras, las más de las veces, hacía la vista gorda y no se metía en líos. No era moco de pavo estar identificado por quienes habían ejecutado al Comisario Morán Charquero.
El flaco Melián y Juancito Almirattti coordinaban las relaciones políticas con la población carcelaria, un arte en el que verdaderamente se debía hilar muy finito y en el cual jugaba un importasnte papel la solidaridad concreta: la mitad de las vituallas que entraban a los presos políticos pasaban a los presos sociales a través del “almacén” que administraban Arturo Dubra y el Indio Yamandú Rodríguez Olariaga.  En la semana de turismo de 1971 el MLN(T) impartió cursos a los presos sociales que lo deseaban: historia nacional, economía política (lo dió Raúl Sendic), historia del movimiento sindical, la revolución cubana, etc. Sin esa base social favorable la fuga no habría sido posible; desde los planos del penal y los alrededores hasta el uso clandestino del teléfono (no había celulares ni facebook en aquellos tiempos), desde contar con información exacta sobre lo que pensaban y hacían las autoridades carcelarias hasta la posibilidad de entrar o sacar cualquier objeto, todo dependía de las simpatías y el apoyo de la población carcelaria. Y, como si eso fuera poco, solamente gracias a la incorporación de Arión Salazar se pudo excavar el túnel desde su celda en el primer piso, la más cercana al muro de la calle García Cortinas.   
Con los secuestros de Mitrione, Dias Gomide y Fly,  el MLN (T) apareció administrando la justicia popular, en un ejercicio puro de contrapoder, planteando canjear los prisioneros de Punta Carretas y Cabildo por los prisioneros de la Cárcel del Pueblo, de igual a igual. En aquella semana de agosto de 1970  tuvo lugar una pulseada histórica entre el régimen y el movimiento guerrillero. Pacheco se mantenía en sus trece, no quería negociar con subversivos,  pero las presiones para ceder y salvar la vida de los secuestrados era mucha. La caída del Comité Ejecutivo en el allanamiento de la calle Almería, sobretodo por el apresamiento de Raúl Sendic, resolvió la pulseada en favor del pachecato. La suerte (o el trabajo de inteligencia) pareció inclinar la balanza del poder en favor del aparato del Estado.
Sin embargo, durante esos meses en que el MLN(T) pareció haber sido noquedao, la lucha popular siguió cuenstionando el poder del pachecato. Con sus diversas formas de movilización, los sindicatos, las organizaciones vecinales y los gremios estudiantiles iban desarrollando en los hechos y desde las bases una red de poder independiente del régimen y que apuntaba contra el sistema. Sobre esas experiecnia populares de lucha y resistencia frutificaron las gestiones que conformaron el acuerdo partidario “Frente Amplio”. En diciembre de 1970 el MLN(T) declaró su apoyo crítico a la nueva opción electoral y suspendió unilaterlamente las acciones militares para no obstaculizar su desarrollo como movimiento organizado  en Comités de Base. Al influjo de las noticias del mundo exterior, los presos de Punta Carretas sintieron la imperiosa urgencia por conquistar la libertad para integrarse a la lucha revolucionaria,  de ahí que fueran desempolvados los planes de fuga que habían sido archivados cuando el entusiasmo del canje. El movimiento tupamaro trabajó denodadamente por la fuga de los presos políticos, dentro de la cárcel y fuera de ella. No podemos olvidar las largas horas de los compañeros excavando el túnel apodado el Mangangá para llegar al subsuelo del Penal desde un apartamento ubicado a cuatrocierntos metros de  distancia.
La historia del Abuso ha sido relatada en varias versiones. Hoy hace cuarenta años que Joaquín Schroeder tendió su brazo para ayudarme a salir por la boca del túnel. También hoy cumpliría noventa años Andrés Cultelli.
Los presos salimos con los planes “hipopótamo” y “del 72” en el bolsillo y en la cabeza. Salimos a trabajar empeñosamente construyendo tatuceras en el Collar y en el Tatú, a conectar berretines con las cloacaas en las cloacas, a armar milicias con  la columna 70, a desarrollar el aparato militar hasta sus últimas consecuencias. El contrapoder guerrillero fue el imaginario que nos predispuso a tomar Soca y la comisaría de Camino Repetto, a declarar la guerra en Paysandú y a las jornadas del 14 de abril y del 18 de mayo de 1972.  El MLN(T) no se quedó sin estrategia sino que implementó una equivocada:  desarrollar el aparato guerrillero hasta dejarlo en condiciones de tomar Montevideo como el 8 de octubre dev 1969 se había tomado Pando.  La gran fuga fue la apoteosis de la concepción del doble poder, la confirmación por la práctica de que era posible instaurar un poder guerrillero contrapuesto al poder del aparato represivo.
Las anteojeras que nos colocó el doble poder no nos permitieron ver la concepción qué entrañaban las movilizaciones populares de base en los barrios, los sindicatos de la tendencia combativa y los gremios estudiantiles donde crecían la ROE y los FER. Se pensó la insurrección como tarea del aparato guerrillero desarrollado en una telaraña que llegara “hasta el pueblo”, pero no se pudo imaginar la insurrección como tarea del pueblo organizado autónomamente y armado hasta los dientes. No percibimos ni discutimos ni elaboramos la insurrección en el marco del poder popular y ese error de concepción nos llevó a morir en la batalla “aparato contra aparato”. 








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