domingo, 26 de diciembre de 2010


Argentina acaba el año convulsionada
La situación no está resuelta en Buenos Aires. Desde que estalló el conflicto mediáticamente el martes 7 (diciembre)y hubo 3 muertes (una mujer boliviana, un hombre boliviano y un paraguayo)...
Comunicaciones feministas autónomas | Para Kaos en la Red | 25-12-2010 a las 22:34 | 
 
Marcha del 20 de diciembre (Foto Anna Castillo)

(Autora y fotógrafa: Anna Castillo)

Los hechos ocurridos el último mes en Buenos Aires dejan al descubierto una realidad que ya nadie puede negar y pronostica futuros conflictos, a la vez que anticipa parte de lo que será la disputa electoral del próximo año

“No están dadas las condiciones para otro argentinazo”, aseguran voceros gubernamentales, y tal vez sea cierto, pero a nadie se le escapa que el escenario político y social en Argentina, y especialmente en Buenos Aires se está redibujando y que el próximo año cualquier cosa puede ocurrir.

La manifestación que se realiza cada año en recuerdo del estallido del 19 y 20 de diciembre del 2001, que terminó con la renuncia del entonces presidente Fernando De la Rúa y que expresó el clamor popular al grito: “¡que se vayan todos!”, este año estuvo focalizada en rechazar enérgicamente las últimas represiones vividas en el país, que se cobraron 5 vidas en 50 días, 3 de ellas las últimas semanas durante las tomas de tierras suburbanas de Buenos Aires.

A la vez que las organizaciones en protesta exigían a través de un comunicado "juicio y castigo a los asesinos de Barracas, Formosa y Soldati; y más salario, trabajo digno, tierra y vivienda para todos", un grupo de jóvenes incendiaban la puerta de la Jefatura de gobierno de la ciudad (municipalidad), presidida por Mauricio Macri, quien sería uno de los responsables políticos de las últimas muertes causadas por represión policial. Por su parte, los vecinos desalojados de la Villa están dispuestos a retomar terrenos en cualquier momento si no se cumple la promesa del gobierno de responder a su necesidad habitacional en un plazo de 3 meses. Mientras, todavía persiste un predio tomado en la capital, cuyo desenlace es imprevisible.

La situación no está resuelta en Buenos Aires. Desde que estalló el conflicto mediáticamente el martes 7 de este mes, y se produjeron 3 muertes (una mujer boliviana, un hombre boliviano y un paraguayo) la tensión ha ido en aumento. Pese a que la policía federal ha recibido la orden de no desalojar violentamente el predio que sigue tomado (club Albariño), el gobierno ya no puede tapar el sol con un dedo. A su vez, los ocupantes del terreno no están dispuestos a firmar ningún acuerdo aunque se les amenace con recorte de subsidios. “Queremos un pedazo de tierra para construir nuestra casa, no promesas”. Gobierno como vecinos han aprendido la lección de este mes y mientras uno no quiere reprimir, el otro no quiere moverse del predio sino es para trasladarse a otro terreno concedido. Ante esto la policía ha cercado el lugar y están cortándoles el suministro de alimentos.

Ahora la discusión mediática es sobre quiénes debe recaer la responsabilidad de lo ocurrido, tanto de la represión del martes, donde actuaron conjuntamente policía metropolitana y gendarmería,  como de la falta de ejecución de presupuesto público para viviendas. Y el gobierno nacional y el de ciudad se siguen tirando la pelota. Así mismo, las declaraciones xenófobas del gobernador de la ciudad al vincular el narcotráfico al origen migratorio de gran parte de los vecinos de las villas, y el llamado de Evo Morales a los migrantes bolivianos a que regresen a Bolivia y “no usurpen la propiedad privada en el país vecino”, ha abierto la veda a un debate que estaba latente y que se torna urgente: la discriminación y el racismo

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