martes, 18 de enero de 2011


¿Se esparce el efecto de Túnez en otros países?

Redacción
BBC Mundo
Manifestante en Jordania
Manifestantes en Jordania pidieron la reducción de los precios de los combustibles y los alimentos.
Mientras Túnez trata de estabilizarse en medio de la convulsión sociopolítica, ciudadanos de otros países de la región toman las calles para protestar.
No en vano, algunos expertos han venido diciendo desde el viernes, día en que salió del poder y del país el ex presidente tunecino Zine al-Abidine Ben Ali, que algunos de los líderes árabes deberían poner sus barbas en remojo.
Este domingo, alrededor de mil personas se movilizaron hacia el parlamento de Jordania, en la capital, Ammán.
Un líder de la oposición dijo que ese país está sufriendo los mismos problemas que han estado enfrentando los tunecinos.
En la capital yemení, Saná, cientos de estudiantes marcharon por las calles gritando consignas a favor de lo que denominaron como una revolución contra "los asustados y falsos líderes del mundo árabe".
En Túnez, las fuerzas de seguridad han estado intercambiando disparos con miembros de la guardia presidencial en la capital, Túnez. El ejército está en las calles y dado que hay un estricto toque de queda, los residentes que salgan a la calle ponen en riesgo sus vidas.
El primer ministro, Mohamed Ghannouchi, y políticos de oposición aseguraron que anunciarán un nuevo gobierno el lunes.

Inmolación

Manifestantes y un policía
Una movilización en Marruecos, la semana pasada, pidió soluciones al desempleo.
En Argelia, de acuerdo con información difundida por medios de comunicación estatales, un hombre se inmoló afuera de la gobernación de la ciudad de Boukhadra, a 700 kilómetros de la capital, Argel.
De acuerdo con Chloe Arnold, la corresponsal de la BBC en Argel, Mohsen Bouterfif, quien se encontraba desempleado y tenía dos hijas, murió por las quemaduras el fin de semana.
Poco después del incidente, alrededor de cien personas salieron a protestar en Boukhadra. Pero la manifestación fue dispersada por la policía.
"La agencia de noticias Tout sur l'Algerie está reportando dos casos más de hombres que se han prendido fuego en dos ciudades de Argelia. Ambos se están recuperando en el hospital", informó Arnold.
Estos incidentes evocan el inicio de las protestas de Túnez, hace tres semanas, cuando Mohammed Bouazizi, un graduado universitario de 26 años se inmoló después que la policía confiscara las verduras que pretendía vender sin permiso para ganarse el pan.
Sindicatos y grupos de derechos humanos sostienen que, desde entonces, más de 35 personas han muerto debido a la represión policial a las revueltas en el interior del país.

Espejo

Por décadas, los gobiernos de Occidente describieron a Túnez como un oasis de calma y de éxito económico, un lugar donde se podían hacer negocios
Roger Hardy, Centro Woodrow Wilson
La muerte del joven tunecino lo convirtió en un símbolo y en un mártir, como indicó Roger Hardy, analista sobre el Medio Oriente del Centro Woodrow Wilson, en Washington.
"El malestar que provocó su auto inmolación llevó a la caída de uno de los gobernantes de mayor antigüedad de la región", señaló Hardy en un artículo escrito para la BBC.
Mientras aún se desconoce el alcance del impacto de la crisis en Túnez, su influencia en la región ya es evidente.
Muchos jóvenes árabes se identifican con los problemas que enfrentan los jóvenes tunecinos: desempleo, corrupción, autocracia, violaciones a los derechos humanos.
"A lo largo de toda la región hay un déficit de dignidad" asegura el experto.
Lo que es más, enfatiza Hardy, en la era de la globalización, los gobiernos no pueden aislar a sus ciudadanos de las noticias.

A Occidente

Pero las protestas en Túnez no sólo están enviando un mensaje a algunos líderes del mundo árabe, sino a Occidente también.
"Por décadas, los gobiernos de Occidente describieron a Túnez como un oasis de calma y de éxito económico, un lugar donde se podían hacer negocios", señaló el especialista del Centro Woodrow Wilson.
Decidieron hacerse los ciegos frente a las denuncias hechas por algunas organizaciones sobre violaciones a los derechos humanos del gobierno de Ben Ali, dijo el especialista.
"Mientras la elite prosperaba, el pueblo tunecino sufría", indicó Hardy.
Expertos consideran que aún es muy temprano para descifrar las repercusiones de la crisis en Túnez. Sin embargo, lo que es claro es que muchos árabes ven su reflejo en la realidad tunecina.

La protesta tunecina llega a otros países árabes

Un desempleado se quema a lo bonzo en Argelia, Libia censura Youtube.- Los estudiantes se manifiestan en Yemen y los sindicalistas en Jordania.- Egipto dice que los temores de contagio son "absurdos"

EL PAÍS - Madrid - 16/01/2011
La movilización tunecina que ha acabado con la dictadura de Ben Ali empieza a tener eco en otros países árabes, en los que empiezan a brotar conatos de protestas. El más dramático se ha registrado en Argelia, donde un hombre de 37 años se ha quemado a lo bonzo en la región de Tebessa, cerca de la frontera con Túnez, para protestar por la falta de empleo. Mohcin Buterfif ha sido hospitalizado en estado grave. Fue precisamente una acción similar la que desencadenó las protestas en Túnez la semana pasada. Quizás por eso las autoridades argelinas se han apresurado a destituir al alcalde de Bujadra, que se había negado a recibir a Buterfif y a una veintena de jóvenes que lo acompañaban. Esta es la cuarta tentativa de suicidio por fuego que se registra en Argelia desde el miércoles pasado, según el diario El Watan. En todos los casos se trata de hombres jóvenes sin empleo.
Libia, otro país magrebí atenazado por una dictadura, está siendo también escenario de algunas protestas en las ciudades de Darna y Bengasi, donde se estarían registrando incidentes y quemas de algunos comercios. Hay también focos de protestas en Trípoli, donde se han desplegado las fuerzas de seguridad. Las informaciones, que proceden de las redes sociales de Internet, son escasas. El Gobierno de Muamar el Gadafi ha bloqueado Youtube esta tarde.
El eco de las protestas se ha expandido fuera del Magreb. Miles de universitarios se han manifestado en Saná, la capital de Yemen, para solidarizarse con los tunecinos y llamar a los pueblos árabes a rebelarse contra unos dirigentes "mentirosos y asustados". "Túnez de la libertad, Saná te saluda mil veces", han cantado los estudiantes, que también han lanzado consignas contra Alí Abdalá Saleh, presidente de Yemen desde hace 32 años.
En Jordania, quienes han capitaneado las protestas han sido unos cientos de militantes de sindicatos y partidos islámicos, que se han plantado ante la sede del Parlamento, en Ammán, para pedir la dimisión del primer ministro, Samir Rifai, junto con reformas políticas y electorales. Además, han criticado al Parlamento por dar, hace un mes, un voto de confianza al Gobierno con una mayoría sin precedentes.
Pese a todo, el ministro de Exteriores de Egipto, Ahmad Aboul Gheit, ha calificado de "absurdos" los temores al contagio de las protestas a otros países árabes. "Cada sociedad tiene sus propias especificidades. Aquellos que buscan provocar una escalada no lograrán sus objetivos", ha dicho. Gheit también ha advertido a Occidente que no se inmiscuya en los asuntos árabes. Hace unos días, la secretaria de Estado de EE UU,Hillary Clinton, llamó a los Gobiernos árabes a emprender reformas democráticas.
Manifestaciones en Yemen. Alrededor de 1000 estudiantes marchan en Sanaa, capital de Yemen, hacia la embajada de Túnez en un llamamiento a la población árabe a levantarse contra sus líderes, como ha hecho el pueblo tunecino en las revueltas que han provocado la huida de su presidente.
Foto del mensaje
Un argelino se quema a lo bonzo. Un joven argelino ha fallecido después de prenderse fuego durante una protesta, un gesto similar al del tunecino Mohamed Bouazizi, quien se inmoló el 19 de diciembrehttp://cort.as/0VIp y desencadenó la revuelta que ha derrocado Ben Ali. La ola de protestas ya había llegado a Argelia, pero es el primero que se quema a lo bonzo.
Túnez avanza en su transición. El responsable de la seguridad presidencial de Ben Ali va a ser acusado formalmente de fomentar la violencia, según informa Reuters, en lo que se interpreta como un paso más a la hora de depurar las responsabilidades del anterior régimen.
Ataque a una escuela de Policía. Varios miembros de la guardia presidencial del ex presidente tunecino huido Ben Alí atacaron esta madrugada con cocteles mólotov y disparos de bala una escuela de la Policía en el barrio de Le Kram, cerca de la capital de Túnez, informan a Efe habitantes de la zona y testigos presenciales.
13 suecos que viajaron a Túnez para cazar, atacados. La empresa organizadora del viaje informa que les ha agredido un grupo de gente cuando iban a su hotel. Según el corresponsal de la televisión sueca en Túnez, creyeron que eran algún tipo de milicia, ya que llevaban armas.
El piloto que no quiso trasladar a miembros de la familia Trabelsi. Mohamed Ben Kilani, 37 años, se ha convertido estos días en un suerte de héroe para la sociedad tunecina. El viernes, este piloto de Air Tunis, estaba listo para despegar con destino a Lyon, cuando le ordenaron que quedaban cinco nuevos pasajeros. "Supe enseguida que se trataba de la familia Trabelsi. Alguien de la compañía me lo confirmó (...) Hice mi deber como tunecino. Me lamentaba de no haber participado en las manifestaciones, así que quise participar a mi manera", según declaraciones que recoge Le Monde http://cort.as/0VPT . El piloto comunicó su decisión a las autoridades, se negó a despegar y una hora más tarde el Ejército tomaba el aeropuerto y cerraba el espacio aéreo. Los cinco Trabelsi se quedaron en tierra. Ahora, el capitán Ben Kilani tiene hasta un grupo de admiradores en Facebook http://cort.as/0VPU
Fuentes oficiales citadas por la televisión estatal de Túnez señalan que el estado de emergencia se ha aligerado. Se reducen así las horas en que está vigente el toque de queda, que será ahora de seis de la tarde a cinco de la madrugada http://cort.as/0VPL
Nuevo enfrentamiento a tiros en Túnez. Miembros de la guardia presidencial del depuesto presidente Ben Alí se han enfrentado a tiros con militares tunecinos cerca del palacio presidencial, situado en Cartago, en los alrededores de la capital, informa Reuters.
El Ejército de Túnez informa de que ha abatido a dos francotiradores en las inmediaciones del Ministerio del Interior, según la agencia France Presse
La oposición tunecina anuncia que el nuevo Gobierno no se conocerá hasta mañana, informa AFP
Cuatro alemanes oficialmente detenidos en Túnez por el tiroteo en la sede del partido de la oposición PDP. Fuentes fiables informan de que dos suecos y un francés también han pasado a disposición policial. Los cinco viajaban en posesión de armas en tres taxis.
Aumenta la tensión en Túnez tras la detención del jefe de seguridad del ex presidente Ben Ali. Los disparos, que hace unas horas eran esporádicos, son continuos en el centro de la capital, desierta tras el éxodo ciudadano según informa France Presse.
Los dos detenidos por el tiroteo ante la sede de un partido opositor tunecino (el Partido Democrático Progresista), tenían pasaporte sueco, según ha informado la policía a Reuters.
Detenido el responsable de la seguridad presidencial de Ben Ali. Fuentes oficiales han confirmado a la agencia AFP el arresto del ex hombre fuerte del régimen, que va a ser acusado formalmente de fomentar la violencia.
Confiscados varios arsenales. Las fuerzas militares desplegadas en las regiones de Gafsa y Sisi Bouzid, al suroeste de la capital tunecina, han confiscado tres arsenales de armas ligeras que transportaban otros tantos automóviles detenidos en dos controles de carretera, informan a Efe fuentes próximas al caso.
Las últimas imágenes del fotógrafo francés, Lucas Mebrouk Dolega, herido el viernes por la policía durante los disturbios en Túnez, y fallecido hoy. http://cort.as/0VNW
Foto del mensaje


Muere un fotógrafo fránces en Túnez. Lucas Mebrouk Dolega, de 32 años, herido por una granada de gas lacrimógeno durante las protestas del pasado viernes que terminaron con la expulsión de Ben Ali del poder ha muerto esta mañana.
Túnez avanza en su transición. El responsable de la seguridad presidencial de Ben Ali va a ser acusado formalmente de fomentar la violencia, según informa Reuters, en lo que se interpreta como un paso más a la hora de depurar las responsabilidades del anterior régimen.

Revolución democrática en el Magreb

Detenido el jefe de seguridad de Ben Ali mientras aumenta la tensión en Túnez

El Ejército refuerza su presencia en la capital para frenar el caos mientras se negocia el nuevo Gobierno de unidad nacional.- Todo apunta a que los saqueos y disturbios son obra de milicias del régimen para desestabilizar el país.- Miles de habitantes de la capital huyen hacia el sur mientras se registran tiroteos aislados

J. M. MUÑOZ / AGENCIAS - Túnez / Madrid - El Pais - 16/01/2011
A pesar de las dudas y de los disturbios, los pasos hacia la transición en Túnez y hacia la depuración de responsabilidades del régimen del depuesto Zine el Abidine Ben Ali se suceden. Ali Seriati, el responsable de la seguridad del ex dictador, ha sido detenido y será juzgado por fomentar la violencia y amenazar la seguridad nacional, según informan la televisión pública tunecina y las agencias Reuters y AFP. El ex responsable de seguridad está acusado de haber creado divisiones entre el pueblo, de haber fomentado el caos y los disturbios y de haber incentivado la violencia armada. Otras fuentes hablan incluso de la detención del ex ministro del Interior, Rafik Belhaj Kacem, cuando huía en dirección a Argelia desde su residencia en el campo, en la localidad de Béja. Esto indicaría una operación de la Administración interina de Túnez para poner a disposición judicial a la cúpula del antiguo régimen.
Los militares han asaltado el palacio presidencial en la zona de Cartago (en las afueras de la ciudad) tras un intercambio de disparos con las milicias leales a Ben Ali. El Ejército se ha responsabilizado también de la muerte de dos francotiradores durante un intenso intercambio de disparos en las inmediaciones del Ministerio del Interior. "No va a haber ninguna tolerancia con el caos", ha anunciado el primer ministro, Mohamed Ghanuchi
En unos hechos todavía confusos, la Policía ha detenido además al menos a tres individuos inmediatamente después del ataque con armas de fuego que han perpetrado contra la sede del principal partido opositor, el Partido Democrático Progresista (PDP), en el centro de la capital tunecina. Un agente mostró el exterior de dos pasaportes suecos que pertenecerían a dos de los detenidos, quienes habrían disparado contra la sede del PDP. El tercer arrestado sería tunecino. Otras fuentes hablan de cuatro alemanes detenidos. También se informa del arresto de un ciudadano francés. Al parecer los detenidos viajaban en tres taxis portando armas. Dos de ellos (los de nacionalidad sueca) podrían ser ajenos a los disturbios y tratarse de agentes de viajes expertos en la organización de safaris. Poco antes de los arrestos, el PDP había informado de que efectivos policiales y militares detuvieron a unos hombres que viajaban en un vehículo, a quienes describía como extranjeros y que habían realizado disparos en las inmediaciones de la sede del partido. Según el PDP, las fuerzas de seguridad persiguieron a los asaltantes hasta un edificio residencial cercano.
Todo indica que milicias armadas afines a Ben Ali se están acantonando y respondiendo a las acciones del Ejército que poco a poco ha ido desplazando a la policía en las labores de seguridad. Mientras la institución militar es muy respetada por la población, la policía (que cuenta con unos 160.000 miembros, muchos de ellos incondicionales de Ben Ali) no es percibida con simpatía. Ayer el Ejército llegó a arrojar cañones de agua contra agentes de policía. En el centro de Túnez, si bien algunos agentes de policía acompañan a las cada vez más numerosas patrullas militares, la presencia del Ejército es muy superior a la que había ayer. En el resto del país una fuente que ha viajado hoy desde Argelia hacia la capital informa de que existen controles militares cada cuatro o cinco kilómetros.
Tras cuatro semanas de revuelta popular, culminada el viernes, sin ayuda de nadie, con el derrocamiento del sátrapa Ben Ali, ayer se inició el camino que puede conducir a la democracia con importantes decisiones del Consejo Constitucional como el nombre del presidente interino -el primer ministro Mohamed Ghanuchi fue forzado a dimitir tras 16 horas en el cargo- y la convocatoria de elecciones en un plazo máximo de 60 días.
Para mañana (en un principio iba a ser hoy) se espera un segundo paso no menos importante: el anuncio de la formación de un Gobierno de unidad nacional que acabe con el vacío de poder, ponga coto a los violentos y conduzca al país a esos esenciales comicios tras 23 años de dictadura. Una de las incógnitas por despejar es siquienes se opusieron con vigor a Ben Ali pueden coincidir en un proyecto común.
Gobierno de unidad
Ghanuchi, un dirigente que, pese a su afiliación a la Asamblea Constitucional Democrática, el partido de Ben Ali, no está entre los sospechosos de haber amasado fortuna al amparo del poder, inició ayer los contactos para lograr formar un gobierno de unidad nacional. "Sin excluir a nadie", prometió en su primera declaración pública nuevo presidente interino, Fuad Mebaza. Una de las tres fuerzas políticas legales en Túnez y la única con representación parlamentaria -apenas dos diputados- anunció su disposición a formar parte de este gobierno. De momento, no hay grandes novedades en este capítulo, salvo que continúan los contactos y reuniones y que se mantiene la previsión de que el país tenga hoy mismo nuevo ejecutivo. Los primeros signos parecen positivos, pero los problemas pueden llegar con la negociación concreta de los ministerios que serán asignados a miembros de la oposición.
En concreto, Ghanuchi se entrevistará con el líder del principal partido opositor, Ettajdid, Ahmed Ibrahim, y con otros dirigentes opositores, según ha revelado el propio Ibrahim. "Lo principal para nosotros es poner fin a todo este desorden. Estamos de acuerdo en varios principios relativos al nuevo gobierno. Seguiremos dialogando", ha explicado. Los opositores quieren garantías de que la campaña de las próximas elecciones presidenciales sea libre y que haya suficiente tiempo para ella, por lo que apuestan por esperar unos seis meses. También exigen una mayor apertura democrática y que el sistema se sacuda la influencia de la Agrupación Constitucional Democrática, el partido de Ben Alí, que funcionaba prácticamente como un partido único. Pero en un país regido con puño de hierro durante 53 años, sin oposición organizada, sin liderazgos convincentes, azotado por el desempleo, sometido a un terremoto político e institucional y vapuleado ahora por la violencia, de nada hay garantías.
El ejército gana presencia
Mientras tanto, cada vez son más los indicios que apuntan a que detrás de los saqueos y de los incendios provocados en bancos, comercios, cárceles y estaciones de transporte de este Túnez subido a la vorágine del cambio no está la población, desesperada por la falta de recursos y de futuro, sino milicias del antiguo régimen organizadas con el fin de sembrar el caos y desestabilizar el país. La tesis de las autoridades es que a los adeptos de Ben Ali se han sumado parte de los 160.000 efectivos de la policía, que vivían de la dictadura y que ven que lo están perdiendo todo. Un desarrapado que tiene hambre saquea un comercio, no le prende fuego. Un joven universitario que ha salido pacíficamente a la calle a manifestarse contra la situación económica primero y contra el dictador después, no se sube a una ambulancia robada para asaltar a sus vecinos en sus casas haciéndose pasar por policía. Una joven que aspira a vivir en un país democrático no se sube a un coche a disparar a todo el que se cruza en su camino.
La noche ha sido más tranquila. Poco a poco, el Ejército, que se mantuvo al margen de las protestas y que ahora está tomando el timón para garantizar la seguridad del país, está logrando poner coto a los violentos y frenar los disturbios. En un primer paseo esta mañana por las calles de la capital, se aprecian algunos comercios limpiados por la rapiña y bancos calcinados, pero menos que ayer. En la proporción inversa, han aumentado los agentes de paisano y los soldados, que están apostados casi en cada esquina. Los militares controlan y registran todos los bolsos y coches que se ponen a tiro. Las calles están en relativa calma., hay gente comprando alimentos y por primera vez en días se ven vehículos comerciales haciendo repartos. Durante la noche apenas se pudieron escuchar disparos en la capital, a diferencia de los intensos disturbios de la noche del viernes al sábado.
Hoy se aprecian además los rpimeros síntomas de lo que puede ser un gran éxodo. La situación de inseguridad ha convencido a muchos habitantes de la capital de que lo mejor es huir. Para proteger a sus familias de disturbios y pillajes, miles de habitantes de Túnez están escapando hacia el sur, donde hay una menor presencia del Ejército. precisamente, otra gran duda es qué estará pasando en el resto del país, del cual llegan noticias con cuentagotas y lo poco que se sabe es que el Ejército no da abasto y su presencia es residual en muchos pueblos y ciudades del interior. Estos son, por tanto, los lugares más propios para que siga prendiendo la mecha de la inestabilidad.
En este estado de confusión, uno de los incidentes más destacables es la muerte de Imed Trabelsi, sobrino de la esposa de Ben Ali y alcalde de la ciudad costera de La Goulette, que falleció ayer en el hospital militar de Túnez tras llegar herido de arma blanca. Imed, que se encontraba en paradero desconocido desde la huida del presidente, formaba parte de ese grupo de parientes de la primera dama que controlaban la economía del país, asociados siempre a la corrupción del régimen y objeto de la ira de los manifestantes. Un juez francés había abierto una investigación contra Imed Trabelsi por su supuesta implicación en el robo de un yate que pertenecía a Bruno Roger, directivo de la Banca Lazard. Esta mañana ha muerto uno de los primeros extranjeros de los que se tiene noticia y también el primer periodista. Se trata de Lucas Mebrouk Dolega, de 32 años, herido por una granada de gas lacrimógeno durante las protestas del pasado viernes.

Cronología de las protestas

17 de diciembre. Mohamed Bouazizi, un desempleado de 26 años, se prende fuego en Sidi Bouzid como acto de protesta por la crisis. Bouazizi falleció en el hospital el 5 de enero.
24 de diciembre. Mueren los dos primeros manifestantes a causa de los disparos de la policía en una protesta en Menzel Bouzayane, una localidad ubicada en el centro del país.
2 de enero. El grupo de hackers Anonymous anuncia la Operación Túnez en solidaridad con las manifestaciones. Las webs del Gobierno tunecino se colapsan por una serie de ataques informáticos.
4 de enero. Los opositores anuncian una huelga general en protesta por la represión gubernamental.
7 de enero. Las autoridades lanzan una gran operación contra los disidentes y detienen a decenas de periodistas y activistas y contrarios al régimen. La oposición da por desaparecidos a varios.
8 de enero. El sindicato UGTT se suma a la movilización popular. Mueren seis manifestantes y otros seis son heridos de gravedad durante las protestas en Tala. Otras tres personas mueren en enfrentamientos con la policía en la región de Kasserine.
10 de enero. En un discurso televisado, Ben Ali intenta calmar los ánimos y promete 300.000 puestos de trabajo.
11 de enero. El Gobierno reconoce 18 muertos en los enfrentamientos, mientras los sindicatos hablan de más de 50. Continúan las protestas y Ben Ali decreta el toque de queda en Beja, Gafsa, Kasserine y Telab.
12 de enero. El toque de queda se extiende a la capital, tomada por vehículos blindados. El primer ministro, Mohamed Ghanuchi, destituye al ministro de Interior, Rafik Belhaj Kacem, y anuncia la puesta en libertad de algunos detenidos.
13 de enero. El presidente de Túnez anuncia su retirada en 2014 y promete un "completo y profundo cambio político". La violencia no cesa en las calles y se registran 13 muertos más.
14 de enero. Miles de ciudadanos se manifiestan en la capital al grito de "¡Fuera Ben Ali!". El presidente destituye al Gobierno y decreta el estado de excepción. Ben Ali no puede con la presión y abandona Túnez. El primer ministro Ghanuchi asume la presidencia interina del país.

Revuelta contra desempleo y corrupción tumbó al gobierno en Túnez

Redacción
BBC Mundo
Después de 23 años en el poder y en medio de una inédita movilización popular contra el desempleo, la carestía y la corrupción, Zine al-Abidine Ben Ali dejó la presidencia de Túnez.
Es la primera vez que un mandatario árabe se ve obligado a renunciar como resultado de protestas populares.
El primer ministro, Mohammed Ghannouchi, anunció por el canal de televisión estatal que el mandatario le había cedido el poder de manera interina.
Ghannouchi dijo que Ben Ali se encontraba "temporalmente impedido de ejercer sus deberes" presidenciales, pero no confirmó si había abandonado el país.
Manifestantes en Túnez
La ola de protestas se inició en diciembre.
Tras el anuncio de Ghannouchi, representantes de los principales partidos políticos de la oposición pidieron un gobierno provisional de tres meses, tal como fija la Constitución.
El cambio de poderes tiene lugar en medio de una revuelta popular contra la corrupción y la carestía de la vida.
Magdi Abdelhadi, de la BBC, dice que "se trata de protestas sin precedentes que al parecer tendrán una amplia repercusión y podrían cambiar todo el orden poscolonial en el norte de África".

Tras el estado de emergencia

Zine al-Abidine Ben Ali fue el segundo presidente del país desde la independencia de Francia en 1956.
Menos de 24 horas después de que prometiera la introducción de reformas democráticas, el ahora ex mandatario decidió este viernes declarar el estado de emergencia y el toque de queda.
Así, en el país quedaron prohibidas las manifestaciones.
La televisión estatal dio a conocer que igualmente quedaron prohibidas las reuniones públicas y que las fuerzas de seguridad podían disparar contra toda persona que no obedeciera sus órdenes.
Primer ministro de Túnez, Mohamed Ghannouchi
El primer ministro Ghannouchi anunció que el mandatario le había cedido el poder.
Zine al-Abidine Ben Ali, previamente, había resuelto disolver su gobierno y convocar a elecciones parlamentarias anticipadas en seis meses, ante la intensidad de las protestas que exigían su dimisión en la capital del país.
A la vez había anunciado su intención de no ser candidato a la reelección de 2014 y que no habría reducciones en los precios de la canasta básica.
En diciembre Túnez comenzó a vivir una ola de violencia en medio de manifestaciones contra el desempleo y la corrupción.
Según el gobierno, el balance de víctimas fatales era de al menos 23 personas, pero organizaciones no gubernamentales hablan de de más del doble.
Túnez: colapso neoliberal, alza alimentaria y revuelta facebook de desempleados universitarios
"¿Quiénes alucinaron que las ´revoluciones´ habían sido aniquiladas por las fuerzas esotéricas del ´mercado´neoliberal?... La historia se repite vengativamente en la antigua Cartago...".
Alfredo Jalife - Rahme | La Jornada | 16-1-2011 a las 17:28 | 

Pónganse a temblar, países totalitarios!
Si en Túnez –país apacible, “moderno” con “economía liberalizada”, muy educado y uno de los más “moderados” del mundo árabe de 25 países y territorios, ya no se diga, del mundo islámico en general de 57 países–, su régimen tiránico pudo ser derrocado en tan sólo tres semanas por la valiente protesta universitaria y su legión de desempleados, ergo, cualquier país del planeta puede sucumbir sin excepción a la nueva rebelión juvenil global, que ya habíamos anticipado (ver Bajo la Lupa, 1/4/09 y 2/6/10), como consecuencia del desplome del pernicioso modelo neoliberal, al unísono de la decadencia de EU y su caduco orden unipolar.
¿Quiénes alucinaron que las “revoluciones” habían sido aniquiladas por las fuerzas esotéricas y barbáricas del “mercado” neoliberal?
La injusticia atroz de las “fuerzas del mercado” –es decir, su bancocracia delincuencial: los banksters quienes dominan el sistema financiero y económico global desde Wall Street y la City, y propician el alza especulativa de los alimentos (“¿Desató Goldman Sachs la guerra alimentaria global?”, Bajo la Lupa, 4/8/10)– está resultando la gran catalizadora de la revuelta exquisitamente juvenil que se está desatando en todo el planeta y ha alcanzado “inverosímilmente” hasta las calles de Londres –como si los jóvenes desempleados europeos fueran diferentes a sus similares de la periferia explotada.
La historia se repite vengativamente en la antigua Cartago ahora con la novedad tecnológica del momento (Facebook) que usan los desempleados universitarios para contrarrestar la represión gubernamental y el control neoliberal de sus multimedia desinformativos.
La revolución del jazmín en Túnez ha seguido hasta ahora la secuencia de la Revolución Francesa 221 años atrás: alza de los alimentos, revuelta de los desempleados universitarios (los sans-culotte del siglo XXI, losninis mexicanos) y fuga del monarca republicano Zine Abidine Bin Ali (de un reinado represor de 23 años) con su María Antonieta magrebina: su esposa Leila Trabulse, ex peinadora y trepadora social, quien con su siniestra familia concentró una buena tajada de la riqueza nacional y las privatizaciones neoliberales a costa de las privaciones y hambruna generalizadas, cuya cleptocracia fue expuesta por Wikileaks.
Falta ver si habrá decapitación regicida en la Bastilla tunecina y si luego afloran los jacobinos magrebinos. Porque las revoluciones –sobre todo, las espontáneas y acéfalas–, también se pueden pervertir y quedarse en mera catarsis colectiva coyuntural sin programa para el futuro.
La revolución del jazmín y su celeridad pasmosa han cautivado al mundo árabe de 360 millones, gracias a la estupenda cobertura de la televisora qatarí Al-Jazeera.
Su etiología –en el diminuto país magrebino (163 mil 610 kilómetros cuadrados y 10.5 millones de habitantes) relativamente próspero– fue el alza de los alimentos y la gasolina en medio del desempleo masivo que flagela a sus universitarios y a su clase media, una de las mejor educadas del mundo árabe (con libaneses y palestinos) que ostenta un envidiable lugar 17 mundial en su “calidad del sistema de educación superior”, según el Reporte de competitividad global (del neoliberal Foro Económico Mundial de Davos).
Su detonador fue la inmolación de Muhamed Buazizi, hoy icono de la revolución del jazmín: universitario desempleado (ya suena a pleonasmo) de 26 años, a quien la policía confiscó las frutas y verduras que vendía por carecer de permiso, en la ciudad central de Sidi Buzid, lo cual dejaba sin sustento a su familia.
La inmolación de Buazizi, imitada por otros suicidios juveniles contestatarios, constituyó la metáfora de “la muerte en vida” de los universitarios desempleados quienes perdieron el miedo y protestaron en las calles durante tres semanas, pese al uso desproporcionado de la fuerza (120 muertos) por una policía de corte medieval –significativamente reprobada por el ejército–, para conseguir la fuga del tirano republicano apoyado hasta el último segundo por EU y Francia, quienes en un día perdieron a importantes aliados en dos países de origen fenicio en el mar Mediterráneo: Líbano (la eyección del primer sunnita Saad Hariri por el bloque de los chiítas de Hezbollah y los cristianos del general Michel Aoun) y Túnez.
Es la primera vez en la historia moderna del mundo árabe que un tirano es derrocado por las protestas callejeras, lo cual, a juicio de varios analistas, puede provocar un “efecto dominó” en la región.
El mundo árabe en su conjunto atraviesa por una de las peores crisis de su historia moderna. Sin contar las transiciones sucesorias (Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, etcétera), de sus 25 países y territorios llevo la contabilidad de 11 convulsiones, de diferente etiología y sincronía: desde guerras foráneas (Irak y Yemen), pasando por protestas callejeras a las exorbitantes alzas alimentarias (Argelia, Marruecos, Egipto, Libia y Jordania), hasta balcanizaciones (Sudán y Somalia) y vulcanizaciones (Líbano y Palestina).
Quienes posean petróleo podrán compensar hasta cierto punto las alzas alimentarias, mientras quienes carezcan del oro negro es probable que sucumban a las protestas de poblaciones demográficamente a mayoría juvenil dispuestas a ofrendar sus vidas en revoluciones de supervivencia (específicamente de hambruna), más que genuinamente “democráticas”.
El analista cristiano estadunidense-palestino-jordano Rami G. Khouri (The Daily Star, 15/1/11) se centra en “tres modelos de acción política y cambio” a seguir –Sudán, Líbano y Túnez– que comparten un problema común: “el existente orden político y económico en el mundo árabe es inestable e insostenible porque no satisface a la mayoría de sus ciudadanos”.
Elaine Ganley y Bouazza Ben Bouazza (Ap, 11/1/11) colocan en relieve que “los jóvenes desempleados usan el Facebook” para coordinar “su revuelta” en Túnez, “país islámico reputado moderado y símbolo de la modernidad, pero incapaz de brindar oportunidades a sus jóvenes”. ¿Para qué sirve, entonces?
Insisten en que su “modernidad” alcanzó a sus mujeres, quienes “tienen derecho a iniciar el proceso de divorcio” y se “les prohíbe portar el velo en lugares públicos” (a diferencia de las islámicas tradicionales).
Bin Ali, monarca republicano depuesto, y la familia de su ambiciosa cónyuge (el cártel gansteril de los Trabulse), se olvidaron que un país que aniquila a sus jóvenes apuesta a su inmolación futura y, en este caso, a su propio suicidio en forma expedita.
En entrevista televisiva a Russia Today (10/1/11), Gerald Celente, prospectivista y fundador de Trends Research Institute, consideró que “2011 será el año de la revuelta de los jóvenes mediante Internet”.
El peor error de juicio consiste en pretender que la revolución del jazmín y sus inmolaciones regenerativas están confinadas al mundo árabe.
El futuro se rebela y revela al pasado y al presente inviables: hoy el paradigma tunecino se encuentra en los cuatro rincones del planeta como expresión inevitable de la revuelta global de los desempleados juveniles desde México hasta Camerún.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/01/16/index.php?section=opinion&article=014o1pol
[Túnez] Muere apuñalado un sobrino de la esposa de Ben Ali, hombre del régimen y alcalde de una ciudad costera
Imed Trabelsi, sobrino de la esposa de Ben Ali, hombre del régimen y alcalde de la ciudad costera de La Goulette, murió ayer en el hospital militar de Túnez tras llegar herido de arma blanca.
Kaos. Internacional | Prensa | 16-1-2011 a las 15:47 | 

Imed Trabelsi, sobrino de la esposa de Ben Ali, hombre del régimen y alcalde de la ciudad costera de La Goulette, murió ayer en el hospital militar de Túnez tras llegar herido de arma blanca, según informaciones que no han podido ser confirmadas en su totalidad. Imed, que se encontraba en paradero desconocido desde la huida del ex presidente, formaba parte de ese grupo de parientes de la primera dama que controlaban la economía del país, asociados siempre a la corrupción del régimen y objeto de la ira de los manifestantes.
Un juez francés había abierto una investigación contra Imed Trabelsi por su supuesta implicación en el robo de un yate que pertenecía a Bruno Roger, directivo de la Banca Lazard.
Hasta antes de la revuelta, Trabelsi era un apellido que convenía pronunciar en voz baja en las vigiladísimas calles de Túnez. La familia de la primera dama participaba en los principales negocios: bancos, cadenas de radio, grandes centros comerciales protegidos ahora por el Ejército, concesionarios de automóviles, intereses inmobiliarios. Mientras, el desempleo se cebaba en la población, que centró buena parte de su descontento en los parientes del ex presidente. En los últimos días, uno de los lemas más escuchados entre los manifestantes en las calles ha sido "Trabelsis, ladrones".
La corrupción desbocada y el desempleo generado por un régimen controlado por la familia del ex presidente han sido el motor de la revuelta. "Las grandes empresas han pasado a muy pocas manos, las de los Trabelsi y otros grupos cercanos a la familia del presidente y a la Asamblea Constitucional Democrática, el partido de Ben Ali. Se han expropiado empresas alegando el interés nacional para dárselas a la familia. Hay una enorme concentración de la riqueza, pero sin redistribución, como sucedía antes. Lo único que hay son asociaciones de solidaridad. ¿Y quién las controla? La familia del presidente y el partido oficial", explicaba Buzaina Fersiu, profesora de Ciencias Empresariales de la Universidad de Túnez, en el inicio de la revuelta.

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